¿Se salvan l@s de siempre?

Ahora que la pandemia del coronavirus ha puesto a la economía global en un sorprendente estado de suspenso, los países más vulnerables del mundo sufren daños cada vez más intensos. Las empresas, a falta de ventas, tienen que despedir a sus emplead@s. Los hogares que no cuentan con ingresos suficientes gastan a cuentagotas en alimentos. Los inversionistas internacionales abandonan los llamados mercados emergentes a un ritmo no visto desde la crisis financiera de 2008…Y esto que a primera vista parece lejano y distante lo podemos ver en nuestra comarca, en las diferentes poblaciones, en cientos de hogares, en personas que no tienen trabajo o que necesitan del amparo, como garante de un estado de bienestar. Como generalmente ocurre en este mundo pocas veces justo, las personas más vulnerables, los colectivos más desfavorecidos, las desigualdades, las necesidades, empiezan a marcarse, a destacar, a aparecer con la fuerza de un torbellino que se va llevando todo por delante. Lamentablemente el coronavirus ha convertido a las personas dependientes en el eslabón más débil de la cadena y, si nos fijamos en los mayores que viven en residencias, su efecto ha sido demoledor. Ahora bien, ¿qué haremos con todo esto? ¿Quién solucionara, defenderá, o llevara por bandera los derechos de las personas más débiles? ¿De las más golpeadas por esta pandemia? Esperamos que sean los garantes, l@s responsables de nuestra administración pública, l@s que dirigen esta empresa llamada país, que con conciencia, conocimiento, transparencia y buen hacer, puedan gestionar de manera adecuada nuestros recursos. No podemos dejar de lado las consecuencias de esta gran crisis, habrá ajustes y disminución de gastos, pero esperemos que, como ha ocurrido otras veces, no seamos las mismas personas que suframos o paguemos esto. La Salud Mental, como todos los colectivos de diversidad funcional, necesitan de cuidados y de apoyos económicos; la educación es clave en la evolución y progreso; sin investigación y ciencia no avanzaremos nunca….que no sean los pilares de nuestro país, solamente, los que se vean “recortados”. Necesitaremos una mejor financiación, administración y una regulación adecuada de los servicios. Y para esto creo que la transparencia y el beneficio común (no de unos cuantos) deben ser pilares fundamentales. Esta semana leí por ahí que la Comisión Europea ha recomendado a España mejorar la «capacidad y solidez» de su sistema sanitario en relación con la situación de su personal, las infraestructuras y la disponibilidad de productos críticos… ¿serán capaces nuestros gobernantes, representantes, las personas que hemos elegido para que dirijan nuestras vidas, la de nuestros mayores e hij@s, de lograr esto?

Luisina Daives. Psicóloga de Amadem

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