INTERNET SEGURO Y RESPONSABLE

Las nuevas tecnologías son excelentes porque mejoran la vida de las personas. El problema surge a partir del uso nocivo que puede hacerse de redes sociales e internet, produciendo en muchos casos graves adicciones, las consideradas no químicas o psicológicas, que actualmente ya se han incluido en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (DSM), que utilizan los profesionales del campo de la Salud Mental.

Se está produciendo un empleo negativo de estas tecnologías, donde l@s jóvenes son l@s más vulnerables, ya que se encuentran en pleno proceso de formación de la personalidad adulta y para ell@s, el terreno virtual tiene tanta realidad como las relaciones presenciales y más aún, en tiempos de pandemia. Es muy difícil llevar un control y ponerse límites, en relación al tiempo que invierten jugando o utilizando estas tecnologías; por ello somos las personas adultas que estamos a su alrededor, las que debemos hacerlo. Quizás les hemos otorgado una tarea demasiado difícil para la etapa madurativa en la que se encuentran. Así pues, podemos sentarnos con nuestr@s hij@s y establecer de mutuo acuerdo, unos horarios y tiempos que se comprometan a respetar. En definitiva, debemos poner límites como en tantas otras cosas de la vida.

La diferencia entre la simple afición, más o menos intensa, y un auténtico nivel de adicción, se establece cuando la dedicación a las redes sociales e internet, y muchas otras modalidades como el cibersexo, es causante de un verdadero deterioro en la vida de la persona afectada, llegando al punto de sacrificar sus relaciones personales o desatender en extremo sus responsabilidades por dedicar un nivel insano de sus energías a esta actividad.  

A todo esto se añade el componente de garantizar la seguridad, sobretodo de los colectivos más vulnerables, en el uso de Internet. Por ello como cada mes de febrero, el pasado día 9, se organizó El Día de Internet Segura.

Es necesario hacer un uso responsable y racional de los medios tecnológicos que tenemos a nuestro alcance; que nos sirvan para enriquecer y optimizar nuestro funcionamiento, y no viceversa. No tenemos que prescindir de ellos, ya que al contrario que las adicciones químicas, donde el tratamiento implica abandonar la sustancia adictiva, en esta conducta adictiva, la persona tiene que aprender a controlar sus impulsos y reducir su utilización.

Una vez más tenemos que cuidar nuestra Salud de manera integral, prestando especial atención a nuestra Salud Mental.

Esther Escrivà Monzó

Psicóloga y Coordinadora de Amadem

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